¿De dónde surge la paciencia? Comparten estudio sobre origen

Este lunes fue compartido un estudio en la revista “Science Advances” elaborado por científicos prestigiosos y que encabeza el doctor Katsuhiko Miyazaki, de la Unidad de Computación Neural en la Universidad de Graduados del Instituto de Ciencia y Tecnología de Okinawa (OIST), donde observaron y analizaron durante varios meses la conducta de ratones y determinaron una posible relación entre la serotonina y la “paciencia”.

De acuerdo con el experto, existe una relación entre ambos factores, por lo que el origen de la paciencia podría estar en la producción de dicho compuesto cerebral. 

“La serotonina es uno de los neuromoduladores del comportamiento más famosos, ya que ayuda a regular el estado de ánimo, los ciclos de sueño y vigilia y el apetito”, señaló Miyazaki a la revista. 

“Nuestra investigación muestra que la liberación de este mensajero químico también juega un papel crucial en la promoción de la paciencia, aumentando el tiempo que los ratones están dispuestos a esperar por una recompensa de comida”, detalló.

Los científicos criaron ratones modificados genéticamente que tenían neuronas liberadoras de serotonina que expresaban una proteína sensible a la luz.

Al estimular la liberación de serotonina, colocaron a los ratones en diferentes escenarios, incluida la hroa de servirles comida. 

De acuerdo con los expertos, hubo una “clara respuesta” entre el grupo de roedores estudiado en los diferentes escenarios, de manera que, al estimular la serotonina, estos fueron más pacientes y mostraron menor inquietud, incluso al tener hambre y observar cómo servían comida cerca de ellos. 

“Encontraron que estimular estas neuronas mientras los ratones esperaban comida aumentaba su tiempo de espera, con el efecto máximo observado cuando la probabilidad de recibir una recompensa era alta pero cuando el momento de la recompensa era incierto”, reza la revista.

“En otras palabras, para que la serotonina promueva la paciencia, los ratones tenían que estar seguros de que llegaría una recompensa, pero no estaban seguros de cuándo llegaría”, señaló el titular de la investigación.

De manera que la misma continuará para determinar mayores detalles que podrían ayudar a futuros tratamientos clínicos.